Como sabéis muchos de los niños del cole (Infantil y Primer Ciclo de Primaria) estamos haciendo varios de los talleres programados por el Centro Medio Ambiental Los Viveros. Ya os hemos enseñado algunas de las fotos de estas visitas (por ejemplo, la de los Monstruos del Reciclaje) o la visita al Palacio de la Magdalena. Hoy os mostramos un lugar más cerquita del cole, tan cerquita que hemos ido andando (somos famosos en el barrio de tanto que nos ven): los niños de las clases de 5 años nos hemos acercado hasta la Finca Altamira.
Aquí nos tenéis justo antes de salir, posando para el grupo de mamás que se quedaron a despedirnos.
Como siempre, el paseo fue muy tranquilo.
Sanos y salvos llegamos a la Finca Altamira.
Allí tienen dos huertos urbanos, divididos en parcelas, donde nuestros mayores pueden plantar verduras y hortalizas de forma natural y sin pesticidas. De la mano de los monitores del Centro Los Viveros, los coles nos acercamos a verlos para aprender más sobre los huertos ecológicos.
Está muy bien porque podemos experimentar de primera mano todo cuanto nos explican. En esta ocasión nos han guiado Chantal y Soraya.
Con ellas repasamos las partes de la planta: raíz, tallo y hojas y cómo se alimentan las plantas.
Y una vez repasado lo esencial nos acercamos hasta las parcelas.
Nos han enseñado varias verduras: acelgas, lechugas, coles, cebollas... una de las hortelanas, la señora Carmen, estaba precisamente plantando cebollas; así que hemos podido ver cómo son antes de crecer y convertirse en las cebollas que realmente vemos en las tiendas.
También hemos podido oler muchas de las plantas: hemos tocado y olido el romero, el tomillo, la melisa... mmmmm, qué bien huelen todas... y la menta.
Nos han explicado los distintos tipos de trampas que colocan para atrapar a los insectos que quieren comerse las plantas... y ponen trampas porque no quieren usar pesticidas, por eso hemos podido probar después muchas de estas plantas.Algunos insectos pueden arruinar las cosechas así que es necesario retirar las plantas infectadas... había una de ellas con pulgones y nos la han enseñado de cerca.
Por eso, son necesarias las trampas de las que os hablábamos. Hemos visto la lata llena de cerveza, los CDs para ahuyentar a los pájaros, los espantapájaros y los adornos brillantes.
Tenían también un mini-invernadero para dar calor a determinadas verduras. Parecía "una minicasita para minipersonas", pero no, era un invernadero.
Y, como os decíamos, también hemos podido tocar y probar algunas plantas. Hay valientes que se atreven con todo. Hemos probado: apio, cebollino (el chicle de la huerta), salvia...
Y también hemos aprendido muchas curiosidades: el remedio contra las picaduras de las ortigas, el jarabe de ortiga que se usa para alimentar a las plantas, ahora sabemos que los pétalos de las caléndulas se pueden comer en una ensalada o hacer un sofrito y utilizarlo como crema cuando nos quema el sol...
Con los envases de yogur que llevamos, hemos podido plantar cada uno, su propio clavel chino. Y así nos lo llevamos a clase.
Después de plantar, jugamos a un juego... un poco peligroso (más bien un poco asqueroso), un juego sólo para valientes. Los monitores tienen unas cajas con animales que podemos encontrar en los huertos, y los voluntarios, con los ojos cerrados, tenían que atreverse a tocarlos. Así que estos valientes metieron sus manitas en cajas con: babosas, lombrices, arañas y escarabajos.
Ufffffff. Muchos no nos atrevíamos a mirar del asquito que daba eso... pero resulta que nos engañaron, que en realidad no tocaron nada de eso... Pero el mérito de meter la mano sabiendo lo que había, no se lo quita nadie a estos chicos.
Con esta actividad se finalizaba el taller; dimos las gracias a los monitores y aprovechamos que hacía un día tan bueno para almorzar allí mismo, al solete.
Tras el almuerzo, nos fuimos al parque con columpios que tiene la Finca Altamira y estuvimos jugamos un buen rato. ¡Lo pasamos fenomenal! Dejamos un poco planchados a los niños que a estas horas suelen encontrarse el parque para ellos solos y a los abuelos que paseaban buscando un poco de tranquilidad... bueno, en un parque con tooooodos esos columpios, pues tranquilidad, poca: risas y gritos llamándonos unos a otros, es lo que toca.
Tras el almuerzo, nos fuimos al parque con columpios que tiene la Finca Altamira y estuvimos jugamos un buen rato. ¡Lo pasamos fenomenal! Dejamos un poco planchados a los niños que a estas horas suelen encontrarse el parque para ellos solos y a los abuelos que paseaban buscando un poco de tranquilidad... bueno, en un parque con tooooodos esos columpios, pues tranquilidad, poca: risas y gritos llamándonos unos a otros, es lo que toca.
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